En días pasados El Colombiano publicó el artículo "La dicha de vivir en Colombia", de Samuel Arango, el cual concluía con una linda frase: "Colombia se ama por lo que tiene, pero por sobre todo se ama por lo que es".
A raíz de este artículo, recordé que hace algún tiempo yo había hecho una lista de razones para vivir en Colombia y quiero copiarlo aquí en mi Blog, en este momento en el que tan contradictorias emociones nos llenan el alma, en torno al estado de cosas que estamos viviendo en nuestro país:
ALGUNAS
RAZONES PARA VIVIR EN COLOMBIA
- La idiosincrasia “sui-generis” del pueblo colombiano, alegre y despreocupado en las costas; un poco circunspectos en el interior; cálidos, inteligentes, recursivos, luchadores, avispados, en todas sus regiones.
- Sus incomparables paisajes formados por encumbradas y altivas montañas, algunas coronadas por nieves eternas, bravas llanuras, tierras en fin, de fertilidad ubérrima que nos proporcionan toda clase de cultivos.
- Su gran riqueza hidrográfica, que se convierte a su vez en generosa riqueza hidroeléctrica; sus caudalosos e indómitos ríos que cruzan, de sur a norte y de oriente a occidente, todo el territorio nacional. Sus lagos y lagunas inmensos, de imponderable belleza.
- Sus mares, Atlántico y Pacífico, que coronan las costas norte y occidental del país.
- Sus islas de belleza salvaje: San Andrés, El Rosario, Gorgona.
- Sus ciudades, de tan diferentes fisonomías, pero tan iguales en belleza, y calidad humana.
- Las festividades que cada municipio del territorio nacional celebra con tanto entusiasmo en honor de sus patronos religiosos o de sus típicas cosechas, aquí y allí, según el municipio o población de que se trate: El San Juán, La Virgen de Chiquinquirá, o las fiestas de la papa, de la panela, del maíz...
- Sus hogareñas y luminosas navidades que llenan de colores y de alegría el corazón del más triste.
- Sus tradiciones religiosas, tan arraigadas en el alma del pueblo; sus especialísimas celebraciones de Semana Santa en lugares como Popayán, Santa Fe de Antioquia, etc.
- Sus variados y riquísimos platos típicos, que nos hacen hacer la boca agua, con sólo mencionarlos: una bandeja paisa, un chocolate santafereño con arepa de choclo y quesito; un ajiaco santafereño; un viudo de pescado a orillas del Magdalena; los manjares del valle... ¡Por favor!
- Sus confortables y lujosos hoteles y "resorts" cinco estrellas, con sus instalaciones que nada tienen que envidiar a los del exterior.
- Y...cómo no mencionar su lindísima música colombiana, de tanta riqueza y colorido, pasillos, bambucos, valses, guabinas, cumbias, mapalés, que nos ponen de humor para “pedir el otro”, y llenarnos el corazón y el alma de emoción incomparable! Definitivamente, y como dice la canción:
- “Digan lo que digan, Colombia es amor, como
mi Colombia, ¡No hay otra mejor!”
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