EL OSO HAMBRIENTO
Cierta
vez un oso hambriento deambulaba por el bosque en busca de alimento.
Era
una época de escasez; sin embargo, su olfato aguzado percibió olor a comida y
lo siguió sin dudar. El aroma lo condujo a un campamento. Afortunadamente el campamento estaba vacío; pero el olor
provenía de una enorme olla de comida que estaba sobre una hoguera. Rápidamente
se dirigió hacia la comida y, haciendo unos malabares, logro sacar la olla del
fuego.
El
oso abrazó con todas sus fuerzas la gran olla al mismo tiempo que metía su
cabeza dentro devorando con avidez todo lo que contenía. Mientras
abrazaba la olla, comenzó a percibir algo que le estaba molestando. En verdad,
era el calor de la olla que le quemaba las patas, el
pecho y todo lugar de su cuerpo donde estuviera apoyada la olla.
El
oso nunca había experimentado esa sensación. Interpretó que el dolor de las
quemaduras era como algo que le impedía comer, o como si algo quisiera sacarle la
comida. Entonces, rugiendo con todas sus fuerzas, apretaba su preciado tesoro.
Y consecuentemente, cuanto
más la apretaba, más le quemaba la olla caliente, y más fuerte rugía.
La
comida hirviendo que había devorado, sumado a las quemaduras, mataron al oso. Cuando
los cazadores llegaron lo encontraron muerto recostado contra un árbol y
sujetando aun su olla. Todavía mantenía la expresión de haber estado
rugiendo.
Cuando
terminé de oír esta historia me di cuenta que, en nuestras vidas,
muchas
veces abrazamos ciertas cosas que juzgamos importantes. Algunas de ellas nos
traen dolor; nos queman por fuera y por dentro, y aun así, las seguimos considerando
importantes. Tenemos miedo de abandonarlas, y ese miedo nos sumerge en una
situación de sufrimiento!
Apretamos
esas cosas contra nuestros corazones y terminamos derrotados por algo que
protegemos, creemos y defendemos.
En
la vida, a veces es necesario reconocer que no siempre lo que parece la
salvación nos va a dar condiciones de
proseguir hacia la meta.
Tengamos
el coraje y la visión que el oso no tuvo. Saquemos de nuestro camino todo
aquello que hace que nuestro corazón arda.
Suelta la
olla! Y cuando logres soltarla, te darás cuenta de que puedes liberarte y, con
seguridad, todo irá mejor...
No hay comentarios:
Publicar un comentario