Bendiciendo al Señor
Señor, yo te bendigo cada día,
cada
noche que pasa te bendigo;
por
el pan que me das,
por
darme abrigo
y
por todas las horas de alegría .
Es una
bendición del alma mía
cada oración que fervoroso digo,
en humilde actitud, como un
mendigo
cuya existencia sólo a Ti confía.
Señor, yo te bendigo a cada
instante
por tu bondad, que en dádiva
incesante,
tu gran misericordia nos envía...
Por ser fuente de gracia
inagotable,
Divina Potestad, Padre admirable,
mis labios te bendicen cada día...
J. Luis Alarcón B.
No hay comentarios:
Publicar un comentario