miércoles, 28 de noviembre de 2012

SAL MARINA ¿POR QUÉ?


SAL MARINA, ¿POR QUÉ?

Nadie imagina las grandes diferencias que existen entre la sal marina y la sal común:  una da vida, la otra...mata.  (De a poco, pero mata).  La longevidad se debe al perfecto equilibrio entre los  minerales y otros elementos que deben estar siempre presentes en los procesos internos celulares de forma estable.

La sal común es 100% sodio, sumamente dañino a todos los órganos.

Por su parte, la sal marina contiene el mayor concentrado de minerales naturales.  Es el mayor alimento que la naturaleza ha creado, en las exactas medidas que lo requieren las células.  Sin la sal marina carecemos de los mineralesLa sal marina contiene en disolución, todos los elementos que el planeta ha producido en millones y millones de años. Y las células requieren de los minerales para el buen funcionamiento de todos sus sistemas internos.

El mar se mueve ondularmente desde hace millones de años, desgastando todos los minerales, y piedras que existen en el planeta y esas partículas están en suspensión en el agua del mar.
Al evaporarse el agua del mar queda la SAL MARINA.  Esto se realiza en zonas muy calientes y desérticas, al canalizar el agua hacia determinados lugares para su natural evaporación.  Al analizarla se ha verificado que contiene casi en proporciones idénticas a las que posee el suero sanguíneo, todos los minerales que el organismo requiere.  Esas proporciones son increíblemente parecidas, exactas.  Por esto se dice que venimos del mar.  Si esto es así ¿por qué consumimos sal común?  Nadie lo sabe.  Si consumiendo sal marina se encuentran todos los minerales que el cuerpo necesita ¿por qué nadie lo dice?  Es que la gente no lo sabe, no es algo de conocimiento masificado.

Algunos minerales que contiene al sal marina:  Azufre, boro, bromo, carbono, estroncio, magnesio, potasio, sodio, aluminio, arsénico, bario, cesio, cobalto, flúor, fósforo, hierro, litio, manganeso, mercurio, molibdeno, níquel, nitrógeno, oro, plata, radio, rubidio, selenio, silicio, torio, uranio, vanadio, zinc, yodo, etc.  Contiene además  moléculas de todas las piedras del planeta, sean de una montaña o del desierto.  Todo termina en el mar, llevado por las lluvias.

Los músculos al deshidratarse pierden grandes cantidades de agua y sales minerales, creando un estado de cansancio y agotamiento físico, psíquico, emocional y mental.  Hay mal funcionamiento interno cuando faltan los minerales que se perdieron.  Debemos reponerlos rápidamente y con la sal común nada llegará a las células, sólo sodio puro.  La sal marina repone en instantes lo gastado.
Los deportistas, por ejemplo, en el primer tiempo de juego, pierden al sudar enormes cantidades de sales minerales.
¿Que pasaría si un equipo de jugadores tomara agua con algo de sal marina y repusiera todas las sales minerales que ha perdido?  Que en el segundo tiempo la diferencia entre equipos sería muy grande.  Los músculos repuestos les harían ganar el partido.  El equipo contrario perdería por desventajas, seguramente.

Ya sabemos que los minerales los encontramos en las frutas y verduras frescas y, por supuesto, deberíamos consumirlos a diario, pero con SAL MARINA. 

Beneficios de su consumo diario.  Los minerales participan en la cura de todas las dolencias físicas, en todas, así:

1.   Brinda energía a los músculos.
2.  Compensa los perjuicios de la mala alimentación.
3.   Disminuye la acidez gástrica.
4. Estimula la circulación sanguínea, respiratoria, centros nerviosos,   riñones, y vías urinarias.
5.  Elimina los ácidos tóxicos, el láctico, el úrico.
6.  Tiene gran efecto bactericida y antibiótico.
7.  Produce un gran equilibrio electrolítico.
8. Regula los excesos de sodio y potasio.
9. Baja la presión arterial.
10. Evita las constipaciones.
11. Es antialérgico.
12. Estimula notablemente la cura de las heridas.  
13. Alivia la Psoriasis, los dolores menstruales, el bocio.
14. Combate el colesterol, la senilidad, los cálculos biliares.

A las tres semanas de ingerir sal marina se produce en el organismo una gran transmineralización y un enriquecimiento extraordinario de calcio, magnesio, flúor, etc.  El magnesio, previene los trastornos del corazón.  El flúor, fortifica los huesos, los dientes, etc.

La sal granulada blanqueada y el azúcar blanco son dos productos que hay que eliminar por completo de la dieta, si queremos mantener una salud óptima.  La sal marina sin refinar sustituye a la sal de mesa.  El azúcar blanco de palma de coco, el azúcar mascabado, la estevia, el piloncillo, etc., son otras opciones saludables para sustituir fácilmente la refinada, blanqueada,   alterada   azúcar blanca.

Lleva siempre contigo tu pequeño depósito de sal marina para momentos en los que comes fuera,  si deseas evitar la tóxica sal común usada en los restaurantes.

PENSAR SIEMPRE, SIEMPRE EN TÉRMINOS DE "TOTALIDAD", PORQUE EL ORGANISMO, ES UNA TOTALIDAD.

(Tomado de Internet)

sábado, 10 de noviembre de 2012

Bienvenida, Señora Vejez...


BIENVENIDA SEÑORA VEJEZ

"Qué vida tan verraca". "Si vendieran infartos yo compraba uno ya mismo". "Ah bueno morirme hoy, para no tenerme que bañar mañana".

Estas letanías son recitadas a diario, no por un suicida que busca la manera de bajarse del mundo lo antes posible, sino por un anciano que no recibió con agrado la vejez.

No tiene deudas ni enemigos; no hace filas en ninguna parte; tiene asegurado el pan de cada día; su familia revuela en cuadro para cuidarlo, le lleva los caprichos y le tiene tanta paciencia como su actitud, a veces acre, lo permite. Y a pesar de todo, no es un viejo feliz.

Afortunadamente el proceso de envejecimiento no es igual para todos, pero el ocaso suele llegar sin manual de instrucciones, y, además, sobrecargado de malgenio, tristeza, ausencia casi total de sonrisas, pereza, nostalgia por las capacidades perdidas y miedo por las limitaciones encontradas.

El viejo se despide, sin explicaciones, de aquello que le hacía la vida más amable. Un día amanece divorciado del periódico y culpa de ello a un nuevo formato que alega no entender, pero se queda sin razones frente a la radio y el televisor.

Ya no le importan el precio del café ni los vaivenes de la política, que lo hacían vibrar tanto como los amigos.

Rechaza caprichosamente cualquier intento de ayuda que tienda a mejorar su calidad de vida, seguramente tratando de no complicar la vida de los otros, pero es ahí, precisamente, cuando se las vuelve un ocho.

Considera que dejarse bañar y vestir de otra persona es un atentado contra su pudor y su decencia.

Se queja de soledad y de abandono, pero frunce el ceño y adopta una actitud de "cuándo será que se van" frente a las visitas.

El viejo no hace buenas migas con el aseo: Odia el baño, el cortaúñas y el cepillo de dientes. Y aunque sus esfínteres se hacen los de la oreja mocha, la sola mención de usar pañal puede causar un cataclismo.

Si el médico recomienda ejercicio, la cama será el lugar por excelencia para pasar el día. Si es quietud, él quiere ser malabarista de un circo.

Por más que quienes velan por él se forren en paciencia, respeto y comprensión, el viejo se siente una carga pesada aun sin serlo e, igual que a un niño, a veces también se le comen la lengua los ratones.

Si se ha descartado de plano la maravillosa idea de recluirse en un asilo de ancianos cuando llegue el momento, y a falta de escuelas que enseñen a envejecer con tranquilidad, bienvenido sea un curso autodidacta para aprender que viejo y estorbo no necesariamente tienen que ser sinónimos y, sobre todo, para que logremos cerrar el ciclo vital con broche dorado, no amargado.

Antes de que las piernas sean un caminador y la autonomía un recuerdo que se confunda entre las probables visitas de doña Demencia Senil y don Alzheimer  conviene prepararse para recibir sin mayores traumatismos la inminente llegada de la señora Vejez.
(No conozco el autor de este artículo)

sábado, 3 de noviembre de 2012

PARA MEDITAR...


PARA MEDITAR…

·        Jamás esperes mucho de aquellos que prometen demasiado...es mejor estar sorprendido que decepcionado.
·        No importa la lentitud con la que vayas, siempre y cuando no te detengas.
·        No se hace un mundo diferente con gente indiferente
·        El peligro del pasado es que los hombres fueran esclavos;
el peligro del futuro es que los hombres se conviertan en robots.
·        La paciencia es la fortaleza del débil,
y la impaciencia la debilidad del fuerte.
·        Admira a quien lo intenta, aunque fracase.
·        El perdón llega cuando los recuerdos ya no duelen
·        Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.
·        Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos;
es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo.
·        No basta con arrepentirse del mal que se ha causado, sino también del bien que se ha dejado de hacer.
·        Solo hay dos cosa que podemos perder:
el tiempo y la vida.  La segunda es inevitable, la primera imperdonable.
·        Todavía no encontré a nadie que se criticara a sí mismo con el mismo empeño con que critica a otros.
·        A veces lo que más duele no es el golpe,  si no quien te lo da.
·        Quien te quiera por el bien que le haces,
cuando le hayas dado todo, te odiará por ello.
·        Si tratas de gustar a los demás siendo alguien que no eres,
nunca sabrás si eres tú quien les gusta.
·        Si quieres aprender a volar como el águila,
no vivas rodeado de pavos…
·        De vez en cuando es necesario sacudir “el árbol de la amistad” para derribar la fruta podrida.
·        Grandes son aquellos que a pesar de ser juzgados por ser quienes son, no cambian para complacer a nadie.
·        ¿Cómo hacer enemigos?
Se inteligente, sincero, honesto y feliz, ayuda a cuantos puedas, ámalos, prospera y… ya verás.
·        Vale más que te rechacen por ser sincero;
a que te acepten por ser un hipócrita.
·        La envidia es mil veces más terrible que el hambre,
porque es hambre espiritual.
·        No hay amor suficiente capaz de llenar el vacío…
de una persona que no se ama a sí misma.
·        Quien no ha conocido educación, puede considerarse un verdadero huérfano.

viernes, 2 de noviembre de 2012

El punto negro...




EL PUNTO NEGRO…

Cierto día un profesor entra al salón de clases y les dice a los
alumnos que se preparen para una prueba sorpresa.  Todos se pusieron nerviosos, asustados por el examen que vendría, mientras el profesor iba entregando la hoja del examen con la parte frontal para abajo, de modo que no vieran lo que contenía hasta que él explicara en qué consistía la prueba.

Una vez que entregó todas las hojas, les pidió que dieran vuelta la hoja y vieran el contenido.  Para sorpresa de todos era una hoja en blanco que tenía en el medio un punto negro. Viendo la cara de sorpresa de todos sus alumnos, el profesor les dijo:
  
-Ahora van a escribir una redacción sobre lo que están viendo.

Todos los jóvenes, confundidos, se pusieron a pensar y a escribir sobre lo que veían.  Terminado el tiempo, el maestro recogió las hojas, las colocó en el frente del escritorio y comenzó a leer las redacciones en voz alta.Todas, sin excepción,  se referían al punto negro de diferentes maneras.

Terminada la lectura, el profesor comenzó a hablar de la siguiente manera:
  
-Este examen no es para darles una nota, les servirá como lección de
vida.  Nadie habló de la hoja en blanco, todos centraron su atención en el punto negro.  Esto mismo pasa en nuestra vida, en ella tenemos una hoja en blanco entera, para ver y aprovechar, pero nos centramos en los puntos negros.

La vida es un regalo de Dios, nos es dada con cariño y amor, siempre
tenemos sobrados motivos para festejar, por nuestra familia, por los amigos que nos apoyan, por el empleo que nos da el sustento, por los milagros que nos suceden diariamente, y no obstante,   insistimos en mirar el punto negro, ya sea,  el problema de salud que nos afecta, la falta de dinero, la difícil relación con un familiar, o la decepción con un amigo.

Los puntos negros son mínimos en comparación con todo lo que diariamente obtenemos, pero ellos ocupan nuestra mente en todo momento.  Saca tu atención de los puntos negros; aprovecha cada bendición, cada momento que el Creador te da, y sé feliz.