jueves, 30 de agosto de 2012

Las detestables "Cadenas"

Reflexiones acerca de las detestables "cadenas",  
  1. ¡Qué largas son esas cadenas! Llegan sin permiso a millones y millones de personas. Se propagan a impulsos de dos alas muy propias en el corazón humano: el anhelo de recibir buenas noticias, y el temor de ser castigado. El deseo de recibir algo gratis, una sorpresa, una sonrisa inmerecida, un regalo... ¡cuánto poder tiene en el corazón humano! ¿Pero no es eso lo que hemos recibido de Dios Padre en la Persona adorable de su Hijo Jesucristo, puesto que el Padre que nos ha dado a su Hijo "cómo no nos dará con él todas las cosas" (Romanos 8,32)? Y el temor de una reprimenda, de un error irreparable, de un desengaño final, ¿no es de lo que hemos sido librados en Cristo, y por eso se lee: "No pesa ya condenación alguna contra aquellos que están en Cristo Jesús" (Romanos 8,1)?
  2. ¡Qué pesadas son esas cadenas! Bajo su peso cruje la fe verdadera. La manipulación de sentimientos y expectativas, ¿se puede hacer impunemente? El tomar a los Santos Ángeles o a la Santísima Virgen  como si fueran piezas de un juego arbitrario que trae o quita la suerte, ¿no es un irrespeto del que nos advierte severamente la Carta de San Judas? El deber de hacer algo, típicamente reenviar y reenviar mensajes, no es pasatiempo absurdo que convierte el destino humano en un caprichoso azar o en una muda ruleta? ¿Y dónde queda el Dios providente, que sabe todo de nosotros (véase Lucas 12,7), si la supuesta suerte de uno depende de revelaciones falsas y de uso abusivo e irrespetuoso del lenguaje de la fe?
  3. ¡Qué frágiles son esas cadenas! No tienen más poder que tu decisión de transmitirlas, y hacerlas así fuertes, o dejarlas morir, y así romperlas. Démonos cuenta de la espantosa fragilidad de las cadenas cuando comprobamos que muchas empiezan con términos como el que he transcrito hoy: "Por si acaso..." La pobre señora, pobre en la fe, por lo menos, ni siquiera está segura de que eso es verdad. Pero su mundo es el mundo del temor, de la incertidumbre, y por eso prefiere encender una veladora a la superstición, que es como encendérsela al demonio.
Estimados amigos: sean libres en Jesucristo. Adoren, como hace nuestra Santa Iglesia Católica, el beneplácito divino, el plan bendito de nuestra salvación, que se hace presente de modo infinitamente intenso en los sacramentos, y sobre todo, en la Eucaristía. Cristo rompe las cadenas.
Fr. Nelson M.
amigos@fraynelson.com



jueves, 23 de agosto de 2012

Señor, Quédate Conmigo...


SEÑOR, QUÉDATE CONMIGO...

Señor, quédate conmigo durante este día,  y guía mis pensamientos,  mis deseos, mis acciones y mis proyectos.
Guía mis pasos  para que caminen ligeros al encuentro de los cansados y desanimados.
Guía mis manos para que acompañen  a aquellos que  se perdieron en el camino.
Abre mis brazos,  para que pueda abrazar a los que se sienten solos y sin esperanza.
Ilumina mis ojos  y vuelve atentos mis oídos al clamor de mis hermanos.
Ofréceme un corazón tierno, capaz de amar sin distinción.
Que siempre pueda, por tu gracia, abrir las manos para compartir
lo que soy y lo que tengo.
Padre nuestro:
Coloco en tus manos nuestra tierra, nuestras ciudades,  nuestro mundo tan azotado  por la violencia, las guerras, las catástrofes y   las injusticias...
Deposito en tu protección mi descanso y el de todos mis amigos y seres queridos
Ilumina, Señor, la mente y el corazón de los poderosos de la tierra.
Que con tu ayuda podamos ver aparecer la aurora de un mundo nuevo.
GRACIAS, SEÑOR.
AMÉN

Abre tu ventana.
Respira, contempla esa flor, ese árbol, ese cielo,
Ese hermoso relieve de tus montañas, ríos, valles…
Saboréalos, disfruta, vibra !!!
¡NO TE OLVIDES DE SER FELIZ !

viernes, 10 de agosto de 2012

VOLVER A LO SIMPLE

VOLVER A LO SIMPLE        enojado               




Fui criada con principios morales comunes:  Cuando era niña, madres, padres, profesores, abuelos, tíos, vecinos eran autoridades  dignas de respeto y consideración.  Cuanto más próximos o más viejos, más afecto nos dieronEra inimaginable   responder 
mal educadamente a los más ancianos, a maestros o autoridades…HABÍA RESPETO.  Confiábamos en  los adultos porque todos eran padres , madres o familiares de todos los chicos  de la cuadra, del barrio,  de la ciudad. Teníamos miedo apenas de lo oscuro, de los sapos, ratones, o películas de terror…
Hoy tengo una tristeza infinita por todo lo que hemos perdido.  Por todo lo que mis nietos un día temerán.  Por el miedo en la mirada de los niños, jóvenes, viejos y adultos.
Derechos humanos para criminales…? ¿Deberes ilimitados para ciudadanos honestos…? ¿Pagar las deudas es ser tonto..? ¿Amnistía para los estafadores?  ¿Los honestos son pendejos? ¿No tomar ventaja es ser necio… ? ¿Qué pasó con nosotros?      Profesores maltratados en las aulas; comerciantes amenazados por traficantes; rejas en nuestras ventanas y puertas.  Cada uno encerrado en su mundo ¿QUÉ VALORES SON ESTOS?
¿Qué vas a querer a cambio de un abrazo?  Autos que valen más que abrazos; hijos queriendo regalos por pasar de curso; celulares en las mochilas de los recién salidos de los pañales.  Más vale un Armani que un diploma.  Más vale una pantalla gigante que una conversación. Más vale un caro maquillaje que un helado.  Más vale parecer que ser…
¿CUANDO FUE QUE TODO ESTO DESAPARECIÓ O SE HIZO RIDÍCULO?
Quiero sacar las rejas de mi ventana para tocar las flores!  Quiero sentarme en la vereda y tener la puerta abierta en las noches de verano.  Quiero la honestidad como motivo de orgullo.  Quiero la rectitud de carácter, la cara limpia y la mirada a los ojos.  Quiero la vergüenza,   y la solidaridad.  Quiero la esperanza, la alegría, la confianza, la fe…Tener el amor, la caridad, la solidaridad como base. Adoro mi mundo simple y común.  .  La indignación delante de la falta de ética, de moral, de respeto...
Quiero callarle la boca a quien dice:  “a nivel de”, al hablar de una persona.  Y viva el retorno de la verdadera vida, simple como la lluvia, limpia como un cielo de abril, leve como la brisa de la mañana, y definitivamente común, como yo.   Vamos a volver a ser “gente” .  Vamos a construir un mundo mejor, más justo, donde las personas respeten a las personas. ¡Abajo el  “TENER” ¡Viva el  “SER”!
Utopía.  No...?  SÍ...? ¿Quién sabe...? Hagamos el intento… Somos muchos los que pensamos así!   
(Texto de mensaje de P.P.,  tomado de Internet)

Oración por la sanación física


Oración por la sanación física

Lee con el corazón estas líneas y siente como Jesús te manda ese fuego que viene a destruir tus enfermedades, miedos, temores, angustias y todo lo que se le parezca. Únete con fe a esta oración,  depositando tu vida entera en las manos de Jesús.

Señor Jesús, creo que estás vivo y resucitado.
Creo que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar y en cada uno de los que en ti creemos.
Te alabo y te adoro. Te doy gracias, Señor, por venir hasta mí como pan vivo bajado del cielo.
Tú eres la plenitud de la vida.
Tú eres la resurrección y la vida.
Tú eres, Señor, la salud de los enfermos.
Hoy quiero presentarte todas mis enfermedades porque tú eres el mismo ayer, hoy y siempre y tú mismo me alcanzas hasta donde estoy.
Tú eres el eterno presente y tú me conoces... ahora, Señor, te pido que tengas compasión de mí.
Visítame a través de tu Evangelio para que todos reconozcan que tú estás vivo en tu Iglesia hoy; y que se renueve mi fe y mi confianza en ti; te lo suplico, Jesús.
Ten compasión de mis sufrimientos físicos, de mis heridas emocionales y de cualquier enfermedad de mi alma.
Ten compasión de mí, Señor.
Bendíceme y haz que vuelva a encontrar la salud.  Que mi fe crezca y me abra a las maravillas de tu amor, para que también sea testigo de tu poder y de tu compasión.  Te lo pido, Jesús, por el poder de tus santas llagas, por tu santa cruz y por tu preciosa sangre.
Sáname, Señor. Sana mi cuerpo, sana mi corazón, sana mi alma.
Dame vida y vida en abundancia.  Te lo pido por intercesión de María Santísima, tu madre, la Virgen de los Dolores, la que estaba presente, de pie, cerca de la cruz.
La que fue la primera en contemplar tus santas llagas y que nos diste por madre.  Tú nos has revelado que ya has tomado sobre ti todas nuestras dolencias y por tus santas llagas hemos sido curados.
Hoy, Señor, te presento en la fe todas mis enfermedades y te pido que me sanes completamente.
Te pido por la gloria del Padre del cielo, que también sanes a los enfermos de mi familia y mis amigos.
Haz que crezcan en la fe, en la esperanza, y que reciban la salud para gloria de tu nombre.
Para que tu Reino siga extendiéndose más y más en los corazones, a través de los signos y prodigios de tu amor.
Todo esto te lo pido, Jesús, porque tú eres Jesús, tú eres el buen pastor y todos somos ovejas de tu rebaño.
Estoy tan seguro de tu amor, que aún antes de conocer el resultado de mi oración, en fe, te digo:  gracias Jesús, por lo que tú vas a hacer en mí y en cada uno de ellos.
Gracias por las enfermedades que tú estás sanando ahora, gracias por los que tú estás visitando con tu misericordia.

(Tomado del libro “Jesús está Vivo”, del Padre Canadiense Emiliano Tardif, quien realizó multitud de sanaciones durante el ejercicio de su Ministerio y diferentes conferencias por todo el mundo)

martes, 7 de agosto de 2012

CLORURO DE MAGNESIO ¿LA PANACEA?


CLORURO DE MAGNESIO ¿LA PANACEA?

"Comencé a tomar una dosis diaria todas las mañanas. Tres días después, comencé a tomar una dosis a la mañana y otra a la noche. Asimismo continué durmiendo todo arrollado. Pero el vigésimo día, cuando me levanté estaba todo extraño y me dije:

 ¿Será que estoy soñando?, dado que ya no sentía dolores y hasta pude dar un paseo por la ciudad, sintiendo todavía en mi memoria el peso de diez años de sufrimiento con esta incomodidad y limitación.

A los cuarenta días pude caminar el día entero, sintiendo un pequeño peso y dolor en la pierna derecha. A los sesenta días, esta pierna dolorida estaba igual o mejor que la otra... Luego de tres meses sentía crecer la flexibilidad en los huesos y un inesperado alivio en todo mi cuerpo.. Pasaron diez meses y puedo doblarme como si fuera una serpiente, sintiéndome otra persona.

El Cloruro de Magnesio, arranca el calcio depositado en los lugares indebidos y los coloca solamente en los huesos y más aún, consigue normalizar el torrente sanguíneo, estabilizando la presión sanguínea..

El sistema nervioso queda totalmente calmo, sintiendo mayor lucidez mental, mejorando notoriamente la memoria, la atención y la concentración, la sangre se torna más fluida y más limpia.

Las frecuentes puntadas en el hígado desaparecieron y la próstata que debía ser operada hace años, ahora ya casi no me incomoda.
  
Modo de preparaciónHervir 1 litro de agua. Luego introducir el contenido de un sobrecito de 33 gramos de Cloruro de Magnesio (se consigue en farmacias), en una botella o recipiente de vidrio (no en plástico).

Agregarle el agua hervida fría para disolverlo, luego mezclar y tapar. De esta manera se obtiene una preparación pura que se mantiene inalterable. No es necesario guardarlo en la heladera.

Dosis recomendada: el equivalente a un pocillo de café, de acuerdo a la edad y la necesidad.

Beneficios

1. El Cloruro de Magnesio produce equilibrio mineral, como en la artrosis por descalcificación, reanima los órganos en sus funciones, como a los riñones para que eliminen el ácido úrico.
2. Regula la actividad neuromuscular y participa en la transmisión de los impulsos nerviosos.
3. Es un gran energizante psicofísico y equilibra el mecanismo de contracción y relajación muscular, previniendo la fatiga o cansancio muscular, evitando calambres y fortaleciendo los músculos, lo que es imprescindible en cualquier deportista.
4. Es necesario para el correcto funcionamiento del corazón pues desempeña un importante papel en el proceso de múltiples procesos biológicos.
5. Mejorando la nutrición y la obtención de energía, combate la depresión, los mareos y es un poderoso agente anti-estrés
6. Cumple una función primordial en la regulación de la temperatura del cuerpo.
7. Benéfico para evitar niveles altos de colesterol.
8. Regulador intestinal.
9. Juega un rol importante en la formación de los huesos.
10. También en la metabolización de carbohidratos y proteínas.
11. Es útil en problemas de irritabilidad neuromuscular como tétanos, epilepsia, etc.
12. Ayuda a disminuir lípidos (grasas) en la sangre y la arteriosclerosis purificando la sangre y vitalizando el cerebro, devuelve y conserva la juventud hasta avanzada edad.
13. Después de los 40 años, el organismo humano comienza a absorber cada vez menos magnesio en su alimentación, provocando vejez y enfermedades. Por eso, el Cloruro de Magnesio debe ser tomado de acuerdo a la edad.
14. Previene y cura la próstata y hemorroides.
15. Previene la gripe
16. Alarga la juventud.
17. Evita la obesidad.
18. Es preventivo del cáncer.
19. Evita la arteriosclerosis.
20. Es un excelente laxante.
21. Modera los trastornos digestivos
22. Reduce la bronquitis.
23. Evita los sabañones.
24. Actúa como desodorante.

Dosis según la edad

De 10 a 50 años: 1/2 dosis
De 51 a 70 años: 1 dosis a la mañana.
De 71 en adelante: Una dosis a la mañana y otra a la noche.
Para las personas de la ciudad, con alimentación de bajas calidades como refinadas y comidas enlatadas, deben consumir un poco más de Magnesio. Para las personas de campo, la dosis puede ser un poco menos.  Ciertamente se conseguirá una persona escapar de todos los males simplemente por tomar Cloruro de Magnesio, pero el consumirlo hará que todo sea más gratificante y llevadero.
El Cloruro de Magnesio no crea hábito, no es un elemento químico, es un elemento natural, sin ninguna contraindicación y es compatible con cualquier otro medicamento simultáneo.

 INDICACIONES

En la columna:  Nervio ciático o lumbar, sordera por descalcificación.
Tomar una dosis por la mañana, otra por la tarde y otra por la noche.
Una vez obtenida la curación, se continúa tomando para evitar el regreso de la enfermedad, pero disminuyendo una o dos dosis por día según la edad.

En artrosis: El ácido úrico se deposita en las articulaciones del cuerpo, especialmente en los dedos que se hinchan. Esto sucede porque los riñones están fallando por falta de magnesio: hay que tener cuidado, los riñones pueden estar deteriorándose.
Tomar una dosis por la mañana, si en 20 días no siente mejoría, continuar con una dosis a la mañana y otra por la noche.Después de la curación, continuar con la dosis preventiva mínima según la edad.

En próstata: Según cuentan, un anciano no conseguía orinar, y en la víspera de la operación le dieron a tomar 3 dosis y comenzó a mejorar; después de una semana estaba curado, sin necesidad de cirugía. Hay casos en que la próstata vuelve a la normalidad.
Tomar una dosis por la mañana, 2 dosis por la tarde y 2 dosis por la noche. Al conseguir la mejoría, continuar con la dosis mínima según la edad.

En achaques de vejez:  Rigidez ósea, calambres, temblores, arterias duras con colesterol en sus paredes internas, falta de actividad cerebral.
Tomar una dosis por la mañana, otra por la tarde y otra por la noche Al obtener mejoría, continuar con la dosis mínima preventiva.

En cáncer: todos tenemos predisposición a padecerlo. Consiste en células malformadas por causa de algunas sustancias o de presencia de partículas tóxicas. Estas células no se armonizan con las sanas, mas no son inofensivas, solo hasta cierta cantidad que el Cloruro de Magnesio consigue combatir utilizando células sanas. Felizmente el proceso canceroso lento, no causa dolores hasta aparecer el tumor, hay virus muy variados que invaden las células sanas produciendo ramificaciones El Cloruro de Magnesio, cuando la enfermedad está avanzada puede apenas frenar un poco la acción cancerosa, pero ya no cura totalmente, aunque hubo casos en que fue curado.

Existen indicios de que el cáncer es hereditario. El Cloruro de Magnesio es el mejor preventivo para el cáncer de mamas y para que el mismo no se degenere y forme tumores malignos.
Hay que evitar los alimentos cancerígenos. Cloruro de Magnesio como remedio. Es suficiente que el cuerpo esté normalmente mineralizado para que esté libre de casi todas las enfermedades.

Es aconsejable para todos los casos en que se haya logrado la curación esperada, disminuir las tomas del Cloruro del Magnesio a las dosis mínimas preventivas según la edad, para evitar que regrese la enfermedad y luego, también es recomendado descartar las tomas durante 2 a 4 meses para después continuar con períodos de 4 a 6 meses de dosis mínimas preventivas con el descanso intermedio mencionado.

La falta de magnesio en el ser humano puede provocar entre otras cosas:  debilidad general, enfermedades degenerativas como el cáncer, tuberculosis, diabetes, también neuritis, trastornos nerviosos, debilidad en los huesos y anemia."

(Fuente: Internet)




viernes, 3 de agosto de 2012

¿Cómo Resucitaremos?


       Cremación o entierro, ¿cómo resucitaremos?
            Autor: Germán Sánchez Griese

Nuestra resurrección no será como la de Lázaro:  un tiempo extra en la Tierra, sino como la de Jesús, a una nueva vida.


Si me incineran y la mitad de mis cenizas se quedan en el horno crematorio ¿cómo resucitaré?

Cuando pensamos en nuestra resurrección, puede ser que nos venga a la mente la imagen evangélica de los habitantes de Betania, junto con Marta y María que han ido a la tumba de Lázaro. El Maestro, Jesús, ha querido acompañarlas en su dolor y visitar el lugar donde pusieron a su amigo. De pronto y ante el estupor de Marta, pide que quiten la piedra que servía de entrada a la última morada de Lázaro y con voz potente le ordena: “¡Lázaro, sal fuera!” (Jn 11, 43). Y así, “resucita” a Lázaro, ante los ojos estupefactos de la multitud.

Puede ser que nos hayamos quedado con esta idea de la resurrección: los muertos saldrán de sus tumbas y volverán a esta tierra, como lo hizo Lázaro.

Pero esta no es la clase de resurrección que proclamamos en el Credo: “Creo en la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro”.

Mientras que la resurrección de Lázaro fue una extensión de su vida temporal, algo así como vivir un “tiempo extra” en esta vida, la resurrección al final de los tiempos será para otra vida distinta a ésta, para la vida eterna.

Cuando hablamos de la resurrección de los muertos deberíamos pensar en Cristo después de su muerte que se aparece a sus amigos en forma de peregrino en el camino de Emaús (Lc. 24, 13-35), a María Magdalena (Mc. 16, 1-8), cuando come con ellos un pedazo de pez asado (Lc. 24, 41-42).

El cuerpo de Cristo resucitado no vuelve a la vida terrenal como el de Lázaro, pues ya no está sujeto a las leyes de la naturaleza: puede presentarse en un lugar u otro sin necesidad de caminar, puede traspasar las paredes, puede aparecer y desaparecer a la vista de sus amigos.  Hablamos entonces de un cuerpo glorioso, de un cuerpo resucitado a otra vida, a la vida eterna.

No es nada fácil pensar en la resurrección de nuestro cuerpo.  Éste ha sido uno de los puntos más controvertidos del cristianismo.  Desde tiempos de San Pablo era difícil creer en la resurrección.  Incluso los griegos, uno de los pueblos más cultos de la historia, se reían ante la predicación de San Pablo: “Al oír la resurrección de los muertos, unos se burlaron y otros dijeron: ´Sobre esto ya te oiremos otra vez´”.  (Hch.17, 32-34).  Para los sabios griegos la resurrección era inconcebible.

Los católicos creemos en la resurrección de los muertos porque Cristo resucitó y Él mismo lo afirmó cuando dijo: “Y acerca de que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en lo de la zarza, cómo Dios le dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?  No es un Dios de muertos, sino de vivos”.  (Mc.12, 26-27).  Y por si esto fuera poco, Jesús nos dice que todos, buenos y malos, vamos a resucitar:  “... y saldrán los que hayan hecho el bien para una resurrección de vida, y los que hayan hecho el mal, para una resurrección de juicio”.  (Jn 5,29)

La resurrección, según nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica en el número 997 sucede de la siguiente manera: “En la muerte, separación del alma y el cuerpo, el cuerpo del hombre cae en la corrupción, mientras que su alma va al encuentro con Dios, en espera de reunirse con su cuerpo glorificado.  Dios en su omnipotencia, dará definitivamente a nuestro cuerpo la vida incorruptible, uniéndolo a nuestras alma, por la virtud de la Resurrección de Jesús”.

Al final de los tiempos, es decir, el día del juicio universal, vendrá Cristo y unirá nuestra alma a un cuerpo glorioso.

¿Cómo será este cuerpo?  No lo sabemos con certeza, sólo lo podemos imaginar contemplando el cuerpo de Cristo resucitado: un cuerpo con ciertas similitudes al cuerpo terrenal, pero no sujeto a sus leyes, un cuerpo perteneciente a otra dimensión, a la dimensión de la vida eterna.

Entonces, contestando a la pregunta inicial, si las cenizas de mi cuerpo se pierden en el horno crematorio, si mis huesos se pudren en mi tumba y se convierten en polvo, o si caigo al mar y mi cuerpo es devorado por los tiburones, no tengo de qué preocuparme.

En el momento de la muerte se me juzgará y si soy digno de la vida eterna mi alma irá a la gloria.  Después, en el día del juicio universal cuando todos los muertos resuciten, el poder de Cristo unirá mi alma incorruptible, que ya ha estado gozando del Cielo, a un cuerpo transfigurado en cuerpo de gloria (Flp. 3, 21), un cuerpo espiritual (1Co. 15, 44).

Será, por el valor salvífico de la Resurrección de Cristo, que volverán a juntarse los restos de ese cuerpo destrozado por los tiburones, o dispersado por el polvo de los años o perdido en el horno crematorio.  Será como una nueva creación.  No en vano los primeros cristianos la llamaban “paleo génesis” que significa precisamente eso: nueva creación.

Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos.  Esta afirmación de San Pablo nos da la clave de la esperanza en la verdadera vida, en el tiempo y en la eternidad.
(Artículo tomado de Catholic.Net)


jueves, 2 de agosto de 2012

Milagros, ¿dónde que no los veo?



¿Milagros? ¿Dónde que no los veo?

Autor: P. Dennis Doren L.C.

El día en que reconozcas a Dios en todas las pequeñas cosas que te ocurren en tu vida, ese día comprenderás que no necesitas más milagros.

La vida es un milagro, tú eres un milagro; sin embargo, no contentos y convencidos de ello, estamos pidiendo más y más. Realmente no hay peor ciego que el que no quiera ver;  abre los ojos de tu corazón y deja de pedirle a Dios más pruebas. El estupor y la admiración deben de acompañarnos paso a paso, solo así verás la mano de Dios que no deja de soplar sobre ti, en ese soplo de amor está el milagro que es tu vida.

Tres personas iban caminando por la vereda de un bosque:  un sabio con fama de hacer milagros, un poderoso terrateniente del lugar y, un poco atrás de ellos y escuchando la conversación, iba un joven estudiante que era alumno del sabio.
Terrateniente:  -"Me han dicho en el pueblo que eres una persona muy poderosa, inclusive, que puedes hacer milagros".
Sabio:  -"La verdad, soy una persona vieja y cansada, ¿cómo crees que yo podría hacer milagros?"
Terrateniente:  -"Pero me han dicho que sanas a los enfermos, haces ver a los ciegos y vuelves cuerdos a los locos, esos milagros solo los puede hacer alguien muy poderoso".
Sabio: -"¿Te referías a eso?, tú lo has dicho, esos milagros sólo los puede hacer alguien muy poderoso, no un viejo como yo; esos milagros los hace Dios, yo solo pido que se conceda un favor para el enfermo o para el ciego, y todo el que tenga la fe suficiente en Dios puede hacer lo mismo".
Terrateniente: -"Yo quiero tener la misma fe para poder realizar los mismos milagros que tú haces, muéstrame un milagro para poder creer en tu Dios".
Sabio:  -"A ver, esta mañana, ¿volvió a salir el sol?"
Terrateniente: -"¡Sí, claro que sí..!"
Sabio:  -"Pues ahí tienes un milagro, el milagro de la luz".
Terrateniente:  -"¡No!, eso no, lo que yo quiero ver es un verdadero milagro, oculta el sol, saca agua de una piedra, es más, mira, ahí hay un conejo herido junto a la vereda, tócalo y sana sus heridas".
Sabio: -"¿Quieres un verdadero milagro?, ¿no es verdad que tu esposa acaba de dar a luz hace algunos días?"
Terrateniente:  -"¡Sí!, fue varón y es mi primogénito".
Sabio:  -"Pues ahí tienes un segundo milagro, el milagro de la vida".
Terrateniente:  -"Sabio, tú no me entiendes, quiero ver un verdadero milagro".
Sabio:  -"¿Acaso no estamos en época de cosecha, no hay trigo y sorgo donde solo hace unos meses nada más había tierra?"
Terrateniente:  -"Sí, igual que todos los años".
Sabio:  -"Pues ahí tienes un tercer milagro".
Terrateniente:  -"Creo que no me he explicado lo que quiero"
Sabio: -"Te has explicado bien, solo que yo ya hice lo que podía hacer por ti; si lo que encontraste no es lo que buscabas, lamento desilusionarte, yo he hecho todo lo que podía hacer".
Y dicho esto, el poderoso terrateniente se retiró muy desilusionado por no haber encontrado lo que buscaba, y entonces el sabio y el alumno se quedaron parados en la vereda.  Cuando el poderoso terrateniente iba ya tan lejos como para no ver lo que hacían el sabio y el alumno, el sabio se dirigió hacia la orilla de la vereda, tomó el conejo herido, sopló sobre él y entonces sus heridas quedaron curadas.
El joven estaba algo desconcertado.
Joven:  - "Maestro, te he visto hacer milagros como este casi todos los días, ¿por qué te negaste a mostrarle uno al terrateniente?, ¿por qué lo haces ahora que él no puede verlo?".
Sabio:  -"Lo que él buscaba no era un milagro, sino un espectáculo, mostré tres  verdaderos milagros y no pudo verlos. Para ser rey, primero hay que ser príncipe; para ser maestro, primero hay que ser alumno; así que no puedes pedir grandes milagros si no has aprendido a ver y, sobre todo, a valorar los pequeños milagros que se te muestran día a día.  El día en que reconozcas a Dios en todas las pequeñas cosas que te ocurren en tu vida, ese día comprenderás que no necesitas más milagros que los que Él te da todos los días, sin que tú se los hayas pedido".


Cuando estés o te sientas en problemas, pídele a Dios la cordura para pensar claramente; la paciencia necesaria para mantenerte tranquilo y actuar bien; la fortaleza necesaria para afrontar los retos; y la fe suficiente para seguirlo amando sin importar lo que pase.  Pídele esos milagros.