George
Bernard Shaw una vez dijo, "El cielo, como se concibe
convencionalmente, es un lugar tan vano, tan insulso, tan inútil, tan
miserable, que nadie jamás se ha aventurado a describir todo un día en el
cielo, aunque bastantes personas han descrito un día en la playa" {4}.
La cosa interesante de la declaración de Shaw es que tenía razón. . . ¡al
menos cuando se trata del Cielo "como se concibe
convencionalmente!" Pero la
Biblia nos informa que la vida que nos espera no es solamente
"mejor" que cualquier cosa que podamos soñar aquí, o aun
"mucho mejor," sino que de acuerdo con el apóstol Pablo,
¡"muchísimo mejor" (Filipenses 1:23)! Ahora queremos seguir con
nuestra consideración de algunas de estas cosas "muchísimo
mejores" que nos esperan en el Cielo.
Primero, una vez que los propósitos de Dios para la vida en la tierra estén
terminados, nuestros cuerpos físicos serán resucitados a un nuevo tipo de
vida. Filipenses 3:20 nos dice que
el Señor Jesús mismo "transformará el cuerpo de la humillación
nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya"
(Filipenses 3:21). En 1 Corintios 15, la relación entre nuestro cuerpo
mortal presente y nuestro cuerpo resucitado futuro es comparada a la que
existe entre una semilla y la planta en la que se convierte cuando es sembrada
en la tierra y "muere" (1 Corintios 15:35-38). Cuando una
planta sale de la tierra, trae a la actualidad todo el potencial que estaba
metido en la semilla de la que creció. Cuando nuestros cuerpos sean transformados
poseerán en actualidad todo aquello en lo que ahora sólo podemos soñar. ¡Nuestros cuerpos no sólo serán libertados
de la enfermedad y del envejecimiento sino que nuestras capacidades serán
expandidas y transformadas inmensamente! ¡Pablo lo describe como un cuerpo
que es "espiritual, honorable, imperecedero y poderoso!"
La segunda cosa "muchísimo mejor" que nos espera es la creación
de un cielo y una tierra nueva en las que viviremos con Cristo para
siempre. Jesús se refirió a esta
transformación de la creación como "la regeneración"(Mateo 19:28),
el mismo término utilizado para describir el nuevo nacimiento del creyente.
Pablo lo describe como el tiempo en que será "libertada de la
esclavitud de corrupción" (Romanos 8:21). En el Apocalipsis se nos
dice que en la nueva creación no habrá más "llanto, ni clamor, ni
dolor" (Apocalipsis 21:4). ¡Y en la profecía de Isaías leemos que las
glorias de la nueva creación serán tan maravillosas que "de lo primero
no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento"(Isaías 65:17)! ¡No
solamente los sufrimientos de esta vida presente se desvanecerán en
comparación con la gloria del nuevo orden mundial (Romanos 8:18), sino que
hasta las experiencias más maravillosas serán eclipsadas de tal forma por
nuestra nueva vida que apenas sobrevivirán en nuestra memoria! ¡Cuando al
apóstol Juan se le dio una visión de la vida en la nueva creación fue
anonadado de tal forma que se le tuvo que recordar que registrara lo que
estaba viendo (Apocalipsis 21:5) y se le tuvo que asegurar en dos
oportunidades que lo que estaba contemplando realmente ocurriría
(Apocalipsis 21:5; 22:6)!
¿Y cómo ocuparemos nuestro tiempo en este nuevo tipo de vida? Las
Escrituras nos dicen que además de estar involucrados en la adoración unida
de Dios, serviremos (Apocalipsis 22:3) y reinaremos con Cristo (Apocalipsis
20:6; 22:5). ¡La esfera sobre la cual reinaremos sin duda abarcará toda la
creación, porque se nos dice que "fueron creadas todas las cosas"
para Cristo (Colosenses 1:16) y que con Él heredaremos "todas las
cosas" (Apocalipsis 21:7)! Si bien en muchos aspectos habrá una cierta
continuidad entre nuestra vida presente y futura, muchas tareas y
ocupaciones del orden actual ya no serán necesarias. ¡Las empresas en las
que nos involucraremos serán totalmente creativas y productivas, y mucho
más gratificantes y excitantes que cualquier cosa que conocemos en la
tierra hoy!
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